Imagen Nº 684
Ermitaños de la Virgen de las Viñas. Hacia 1950. Publicado 10 de octubre 2012.
En esta ocasión, caro lector, te mostramos una curiosísima fotografía. Se trata de dos hermanos que, durante largo tiempo, fueron los ermitaños del santuario de la Virgen de las Viñas de Aranda de Duero.
Al tratarse de una ocupación casi extinguida, puede que muchos no sepan que los ermitaños eran los cuidadores de la ermita y se encargaban de realizar las tareas propias para el mantenimiento de ésta (limpieza, cambiar las flores, prepararla para los actos religiosos, arreglar desperfectos, etc.).
Águeda Pascual Blanco fue, durante una buena parte de su vida, la ermitaña de la Virgen de las Viñas junto con su hermano, Cayetano Pascual, ya que antiguamente, de acuerdo con la tradición, una mujer sólo podía ser ermitaña si estaba acompañada por un varón.
En aquellos tiempos, Águeda bajaba a Aranda, una o dos veces por semana, una imagen de la Virgen que se encontraba en una hornacina, paseándola por las calles y casas con el fin de recaudar fondos.
Por su parte, Cayetano se encargaba de servir en los días festivos unas sabrosas rosquillas bañadas de blanco que los asistentes a las funciones acompañaban de un vaso de vino clarete.
Probablemente, alguno de nuestros mayores aún conserve el recuerdo de aquél borrico de color pardo del que Cayetano se servía para acudir al mercado que había en Aranda los miércoles y sábados. Y es que Cayetano, debido a una lesión que tenía en un brazo, requería de la fuerza del animal para poder bajar hasta la Plaza Mayor y, después de cargadas las alforjas, recorrer el camino de vuelta hacia las tierras altas en que se encontraba la ermita.
Por último, como dato curioso, añadimos que Julia Pascual, hermana de la ermitaña y residente en Barcelona, tenía un hijo llamado Pascual Gil, al cual no podía atender, y decidió enviarlo a vivir con su hermana. Pascual estuvo viviendo con su tía en la ermita durante 10 años.