Imagen Nº744
Publicado el 10 de Junio 2014. Un cuadro curioso. Siglo XIX.
Los azares de la vida han hecho llegar a nuestras manos un documento gráfico que si carece de valor artístico posee sin embargo un significado curioso y hasta histórico que encaja perfectamente en estas páginas donde se reflejan pasajes de la vida o de las costumbres de Aranda.
Hace años, quizá en los últimos del siglo XIX o primeros del XX se hallaba en Aranda un pintor apellidado Trullens que debió residir bastante tiempo en nuestra población a juzgar por lo bien que conocía las costumbres o los personajes de entonces.
Eran los tiempos de aquella generación de los Potacos y los Boleros, en aquellos días en que las bodas constituían una gran fiesta para los invitados y que ineludiblemente parte de ellas tenían que desarrollarse en la explanada de la Virgen de las Viñas donde después de cantarse la Salve habrían de repartirse las “almendras de la boda” y bailar incansablemente el baile de la rueda.
Pues bien, el artista a que nos referimos debió asistir o presenciar una de dichas bodas y que si no hemos sido mal informados debía de tratarse de la de aquella buen mujer que muchos conocieron por la Virgencilla.
Tan interesante o tan curioso debió parecerle aquello, que no dudó en trasladarlo al lienzo. Pero lo hizo con tal fidelidad, con tal parecido en los personajes, que llamó poderosamente la atención.
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