Imagen Nº727
Publicado el 20 de Diciembre 2013. D. Francisco Antón Olalla.
Nuestro querido don Francisco se nos fue el 25 de octubre pasado. Lo hizo de la misma manera que vivió, de forma discreta.
Aún está fresca en nuestra memoria la dedicación con la que nos hacía las figuritas de barro y el castillo de Herodes para el Nacimiento, y, sobre todo, aquella Luna con coloretes. Cuando yo era niña, pensaba que todos los cielos de todos los Nacimientos del mundo tenían una Luna con coloretes.
También dibujaba don Francisco las monas de Pascua que luego convertía en pequeñas obras de arte de chocolate. Recuerdo que nos animaba e íbamos todos a verlas al escaparate de la confitería con gran ilusión.
Nos inculcó el amor a los libros y a la música, pasión a la que dedicó gran parte de su vida, tocando en la Banda Municipal, en la Orquesta Rubí y en la charanga de la Peña “El Alboroto”, donde de forma altruista daba clases de solfeo e instrumento a cualquier compañero que quisiera aprender; hasta que las fuerzas le comenzaron a fallar.
En su último cumpleaños, que celebramos juntos el pasado mes de septiembre, sus nietas Estefanía y Rosa le dieron una gran sorpresa al tocar juntas, con el saxofón y el trombón, el himno de la Peña que él mismo compuso junto con su amigo D. Jesús Tobes; y lo cantó con una sonrisa tan entrañable que nos emocionó a todos.
Dedicó su vida a lo que le gustaba, poniendo siempre entusiasmo y actuando con profesionalidad. Fue generoso y trabajador, pero, sobre todo, don Francisco fue un hombre bueno.
Sirvan estas líneas como homenaje y gratitud por todo lo que nos dio.
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