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Mulilleros arrastre del toro. Años 60.
(1.ª Parte). Cuando llega a Aranda un forastero en día de corrida le extraña ver por primera vez por las calles ese grupo de jóvenes con indumentaria blanca, saltarines y alegres que van «chisqueando» sus trallas sin cesar.
–¿Qué significará esto? se preguntará.
Vamos a aclarárselo nosotros trayendo aquí esa faceta de nuestras fiestas Patronales.
Siempre, al aproximarse las fiestas, lo primero que surge en la mente de la gente joven son las corridas de toros. Y con ese pensamiento es natural que vayan formando sus proyectos, haciendo sus cábalas y discurriendo la manera de pasárselo bien.
Y en algunos nace la idea de «salir» de mulilleros o ramaleros, –que de las dos maneras se los conoce–. Esa idea va tomando cuerpo entre ellos, y si quedan de acuerdo se procede a dar el primer paso que consiste en entrevistarse con el Empresario o Contratista de las corridas.
En esta entrevista se trata de las condiciones que ha de cumplir cada una de las partes y se formaliza un contrato, que suele ser verbal, en el que el Contratista se compromete a abonarles una cantidad en metálico, una cantidad también de carne de toro (antes era media arroba) y quince localidades para sus novias o familiares, pues ese suele ser el número de ellos.
Por su parte los muchachos se obligan a vestir la indumentaria típica, a aportar las mulas debidamente enjaezadas y adornadas, hacer ambiente con las trallas por todo el pueblo y, como es lógico arrastrar al toro muerto hasta fuera de la plaza.
Una vez de acuerdo con estas condiciones se procede a buscar las mulas, que han de ser seis y de buena estampa, probándolas previamente para ver si responden al cometido a que se las va a destinar. Los atavíos y adornos de éstas suelen traerse de Langa de Duero por costumbre o amistad de alguna persona ya conocida.
Y así todo dispuesto, llega el día de su actuación. “Desde las primeras horas de la mañana comienza a oirse por todo el pueblo el chasquido de las trallas de estos alegres mulilleros que no cesan de hacer ambiente. Esta es una propaganda eficaz para levantar el ánimo de la gente”.
(Continuará)
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