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GUARNICIONERIA MIRANDA. AÑO 2022
La fotografía que publicamos en portada en esta nueva edición de Cartelera Arandina nos trae el recuerdo de uno de aquellos oficios ya casi olvidados: el de guarnicionero. El guarnicionero, también llamado talabartero, se dedicaba a la fabricación artesanal de correajes y otros utensilios de cuero que se ponían a las caballerías para tirar de los carros o para montarlas o cargarlas. También se encargaba de su reparación. Este oficio, considerado artístico, estaba muy relacionado con el mundo de la agricultura y la ganadería, dos actividades, sobre todo la primera, muy extendidas en la Aranda preindustrial. Una de las guarnicionerías más renombradas de la historia de Aranda de Duero es la Guarnicionería Miranda, fundada por Esteban Miranda Arranz en 1885. Al fundador le sucedió su hijo, Constantino Miranda González, que estuvo al frente de la misma durante los años 1931 a 1963. En aquellas décadas, Aranda llegó a contar hasta con nueve guarnicionerías. Posteriormente, desde 1963 hasta 1998, Guarnicionería Miranda estuvo dirigida por Esteban y Constantino Miranda Rojo, nietos del fundador. En la actualidad, el oficio de guarnicionero ha ido desapareciendo progresivamente o, en el mejor de los casos, persistiendo en forma de artesanía del cuero, dedicada principalmente a la confección de bolsos, carteras, billeteros, maletas y demás complementos. Cuando nos adentramos en el Taller-Exposición de los Hijos de Constantino Miranda contemplamos una extensa variedad de trabajos de guarniciones que demuestran la gran destreza y maestría de sus autores. Entre estos, llama graciosamente la atención una espléndida miniatura que representa una tartana con guarnición “a la húngara”. En la fotografía que puede verse en portada figura Constantino Miranda Rojo posando con una de sus obras artesanales a escala: un carro de transportes utilizado desde mediados del siglo XIX hasta 1940, realizado por los hermanos Esteban y Constantino.
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